El silencio se paró y se encarnó en María juntamente con el Verbo. En estos nueve meses, la Madre no necesitó rezar, si por rezar se entiende vocalizar sentimientos o conceptos. Nunca la comunicación es tan profunda como cuando no se dice nada; y nunca el silencio es tan elocuente como cuando nada se comunica.
Aquí, durante estos nueve meses, todo se paralizó; y «en» María y «con» María, todo se identificó: el tiempo, el espacio, la eternidad, la palabra, la música, el silencio, la Madre, Dios. Todo quedó asumido y divinizado. El Verbo se hizo carne.
En la noche de Navidad, la Madre se vistió de dulzura y el silencio escaló su más alta cumbre. Aquí no hay casa. No hay cuna. No hay matrona. Estamos de noche. Todo es silencio.
La noche de Navidad está llena de movimiento: llega la hora de dar a luz, la Madre da a luz, envuelve en pañales al recién nacido, lo acuesta en un pesebre, la música angelical rompe el silencio nocturno, el ángel comunica a los pastores la noticia de que ha llegado el Esperado, les da la contraseña para identificarlo, vámonos rápidamente —dicen los pastores—, llegan a la gruta, encuentran a María, José y el Niño recostado en el pesebre, seguramente les ofrecieron algo de comer o algún regalo, les contaron lo que habían visto y oído en esa noche, los oyentes se admiraron… Y, en medio de tanta cosa, ¿qué hacía, ¿qué decía la Madre? «María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón» (Le 2,19).
Inefable dulzura, en medio de una infinita felicidad. Y todo en silencio. Muchas madres, cuando dan a luz, lloran de alegría. Podemos imaginar la intensidad de la alegría de la Madre. Nunca la experiencia es tan profunda como cuando no se dice nada.
Tomado del apartado: “El prodigio se consumó” del Capítulo III del Libro: “El silencio de María” de padre Ignacio Larrañaga.
FELIZ Y SANTA NAVIDAD 2024
«Y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» (Juan 1:14)
Alegría por el Don del Amor.
¡Santa y Luminosa Navidad 2024!
LORENA, PURI, MERCEDES y JOSÉ JUAN
EQUIPO INTERNACIONAL