La Familia de Talleres de Oración y Vida está exultante en este Pentecostés y Día Universal del Guía, porque el Señor nos ha bendecido de forma especial, reuniendo en Guadalajara (México) a todos los Equipos Zonales, Coordinadores Nacionales y al Equipo Internacional, como broche de oro de la Asamblea Internacional 2024. Unidos a todos los Guías del mundo, en la tierra guadalupana, el Espíritu Santo nos encuentra en espera gozosa, como lo hicieran un su día los Apóstoles. Vivamos este momento como una verdadera renovación de la llamada y consagración que recibimos al ser enviados como Guías, para seguir nuestra misión con fuerza pentecostal hasta llegar a los últimos confines de la tierra en esta Nueva Evangelización. Además, celebramos los 40 años de andadura de la asociación, que evidencia nuestra fidelidad a la inspiración del carisma que padre Ignacio Larrañaga recibió y que nos legó para bien de la Iglesia y de la sociedad actual.
Inundados con la luz del Espíritu Santo, seremos portadores de un resplandor divino que se transmite en la mirada, en la sonrisa, en las palabras, en la actitud ante la vida y en las relaciones con los demás. Es, en definitiva, el inconfundible estilo de Jesús, que solo puede ser vivido y comunicado por quienes antes han experimentado el gozo de su presencia.
Nosotros encarnamos en este mundo su Sueño de Oro, una Fraternidad que está por encima de cualquier contingencia humana, liberados de las cadenas del ego, para entregarnos por entero a los demás en el bendito nombre del Amor.
Aquí y ahora, Su sueño se ha hecho realidad, pues nosotros hemos conocido el Amor de Dios y hemos creído en él. Un amor que no puede retenerse ni encerrarse, pues mana sin cesar hasta desbordar los corazones y tiene el poder de dar vida y regenerar cualquier herida. Celebremos este don recibido gratuitamente, pue es el más preciado que se pudiera desear y esperar. Este es nuestro gran patrimonio, cuidemos de él y hagamos que, cada día, sus frutos se multipliquen. Somos ricos en Amor y podemos compartirlo y donarlo sin fin.
Pidamos a una sola voz y con un mismo sentir: Ven, Espíritu Santo, sobre la Familia de Talleres de Oración y Vida, para que seamos uno con Cristo, dando luz a nuestra Iglesia y al mundo.
Equipo Internacional TOV
Pentecostés
El Espíritu Santo es un enorme misterio. La liturgia de Pentecostés nos asegura que su voz resuena hasta las extremidades de la tierra; y Jesús nos dice que, llegaba la hora, el Espíritu nos recordará y nos hará comprender su doctrina en la última intimidad.
El espíritu Santificador trabaja discretamente y sin descanso en el silencio de nuestros corazones. Como está en todas partes, acaso por eso no percibimos su presencia.
De Él dimanan todas las santas luces de nuestra alma, y en lo más profundo es donde echa raíces nuestro ser sobrenatural.
Tomó posesión de nosotros en el bautismo sin proferir una palabra, y desde entonces no ha dicho nada. Siempre opera en el silencio del corazón.
Él ha ido preparando todo en la profundidad de nuestro ser, antes de que nosotros tuviésemos conciencia de ello.
Nada escapa a la acción del Espíritu. Él es el que organiza toda mi existencia, y desde la profundidad Trinitaria me viene este movimiento de energía, compasión y piedad.
Oh Espíritu Divino, consolación de mi alma descanso de mis fatigas, brisa en el calor. Sáname las heridas, lléname de todos tus dones, haz de mí una nueva criatura según la imagen de Cristo Jesús.
Tomado de la Carta Circular Nº 21 de padre Ignacio Larrañaga.
