El pasado domingo 27 de octubre con gran júbilo, se reunieron 163 hermanos Guías, de las Coordinaciones Locales de Pacífico 1 y Pacífico 4, de la Coordinación Zonal México Norte, en Casa Nazaret, Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco para celebrar la 11ª pascua de padre Ignacio para honrar y agradecer la vida y obra de nuestro querido fundador, así como para fortalecer su entrega como hermanos de la familia TOV.
Iniciando con la Santa Eucaristía, para después pasar al patio a escuchar las palabras de inicio, dirigidas por una Guía, dejar una ofrenda floral enfrente de la habitación en donde nuestro querido fundador fue llamado a la Casa del Padre y terminar en una convivencia fraterna, compartiendo un alimento frugal.
Fueron momentos muy emotivos, entre cantos y oraciones, vividos en recogimiento y con la alegría de ser parte de una gran familia espiritual.
Les compartimos las palabras con las que inició el festejo, posterior a la Santa Eucaristía, dirigidas por la Guía Mª. Enriqueta Castellanos:
Celebremos la vida de padre Ignacio, que nos mostró cómo ser testigos del amor de Dios y el amor por los demás, recordemos que su caminar estuvo cargado de experiencias y de autoridad moral, fue un auténtico testigo del amor de Dios.
Padre Ignacio está y estará siempre presente en este lugar, así como en la Casa Fundacional de Santiago de Chile y está presente en cada uno de nosotros, en nuestro hogar, en la impartición de los Talleres, en el Día Mensual del Guía, en los Retiros Anuales.
Padre Ignacio está con nosotros, todo está impregnado de su espiritualidad, del carisma que nos dejó y que nos une como familia TOV.
Padre Ignacio nos prometió que estaría de rodillas intercediendo por nosotros y por la Obra de TOV.
Compartió la oración de padre Ignacio:
Marana Thá. Ven Señor Jesús.
Eterno Dios y Padre amoroso, me presento ante Ti como niño huérfano, necesitado de tu protección y cariño, sólo a ti necesito y en realidad, sólo a Ti te tengo pero eso me basta, porque contigo me siento pleno; nada me falta, he recorrido continentes, atravesado mares, volado por las alturas del azul persiguiendo solamente que tu nombre sea glorificado y que los humanos sufran menos, a lo largo de este dilatado recorrido he sentido tu aliento y me has cobijado en el refugio de tus alas, siento tanta emoción agradecida por tu presencia amorosa y siempre gratuita.
En tus manos me pongo, cuando quieras, como quieras, llévame. Amén
Gracias padre Ignacio, por haber sido un instrumento dócil en las manos del Señor.
